Puede que la foto levante cejas, pero también muestra su confianza y la alegría del momento. ¿Poco convencional? Puede. ¿Memorable? Sin duda. Son estos momentos espontáneos y divertidos los que a menudo se convierten en los recuerdos más preciados.
Su mirada aprensiva en medio de la celebración añade un toque humorístico a la tradicional suelta de palomas. Es un cándido recordatorio de que no todos los gestos románticos sientan bien a todo el mundo. A veces, nuestros miedos pueden cobrar protagonismo de forma inesperada.