Un hombre encuentra un osezno a punto de congelarse, ¡pero lo que escondía bajo el vientre es increíble!

Eran dos pequeños cachorros con el pelaje cubierto de nieve. Le miraban con ojos grandes y sin pestañear, y sus pequeños y redondos cuerpos temblaban ligeramente. El corazón de Jeremy se hinchó de alivio y asombro.

Con cuidado, Jeremy metió a los cachorros en una manta caliente y los acunó contra su pecho. Se apresuró a entrar, consciente de su delicado estado, y los colocó en una acogedora caja cerca de la chimenea, donde el calor los reanimaría.