El viaje de cuatro hermanas a lo largo de cuatro décadas

En este retrato, las hermanas están sentadas en un grupo relajado pero íntimo, cada una con una expresión que transmite una sensación de fuerza silenciosa. Las sutiles interacciones, como el brazo que descansa suavemente sobre el regazo, añaden una capa de conexión sin exhibirse abiertamente. Es un momento de reflexión y fuerza, que capta su viaje compartido de una forma que resulta a la vez discreta y profundamente significativa.

Una vez más, la mirada de Laurie evita el contacto directo con la cámara, lo que despierta la curiosidad sobre la razón subyacente a esta elección. La naturaleza enigmática de su mirada desviada añade un aire de misterio e invita a especular sobre lo que podría haber captado su atención en ese momento en particular.