Los pensamientos de Daniella se agitaron. Suzy era una excursionista experimentada; podía encontrar el camino de vuelta a casa fácilmente. Pero estaba atrapada aquí, incapaz de distinguir qué camino la llevaba de vuelta al sendero. A Daniella se le llenaron los ojos de lágrimas mientras deambulaba sin rumbo, gritando el nombre de Suzy.
Pero no había respuesta. Era como si el bosque se hubiera tragado a su amiga. A medida que aumentaba su pánico, Daniella tropezó con la raíz de un árbol y aterrizó con fuerza en el suelo. Sintió el escozor de las lágrimas mientras la frustración y el miedo la abrumaban. ¿Cómo había podido ser tan descuidada? ¿Cómo iba a volver a casa?