Un hombre pensó que había encontrado un cachorro en el bosque – Cuando la veterinaria los ve llama a la policía

Presionó suavemente a lo largo del vientre del cachorro, frunciendo el ceño más profundamente con cada toque. Luego, sin decir palabra, se volvió y cogió el ecógrafo. A Daniel se le aceleró el pulso. Había acogido suficientes animales callejeros como para saber que aquello no era rutinario.

La sala se llenó con el suave zumbido del ecógrafo. La Dra. Monroe pasó la sonda por el estómago del cachorro, con los ojos fijos en el monitor. Una sombra parpadeó en su rostro. Sus dedos se tensaron. Un momento después, salió y se volvió bruscamente hacia el mostrador de recepción.