El bosque se extendía tras ella, inmenso e interminable. Pero lo había conseguido.
Exhaló temblorosamente y miró al guardabosques que la había salvado. «Hay algo que tienes que ver», dijo, con la voz ronca.
El bosque se extendía tras ella, inmenso e interminable. Pero lo había conseguido.
Exhaló temblorosamente y miró al guardabosques que la había salvado. «Hay algo que tienes que ver», dijo, con la voz ronca.