Un gato montés salvaje se acerca a una mujer y ella decide seguirle

Se le revolvió el estómago. ¿Quién pondría trampas así? ¿Cazadores? ¿Los cazadores furtivos? No sabía qué era peor. La idea de toparse con ellos mientras estaba perdida y sola le erizaba la piel.

Giró lentamente en círculo, escudriñando los árboles. Todo estaba quieto, pero el silencio se sentía diferente ahora, demasiado pesado. El bosque ya no parecía una vía de escape. Parecía una trampa.