El gatito dio unos pasos tambaleantes antes de tropezar con la maleza. La madre le siguió con sus penetrantes ojos, que se detuvieron en Claire un instante antes de desaparecer en el bosque.
Claire se sentó, respirando con dificultad. Lo había conseguido. Pero ahora tenía otro problema. Estaba sola. Perdida en las profundidades del bosque sin un camino claro de vuelta.