Siguió adelante, moviéndose más rápido ahora. El lince la condujo por una pequeña pendiente, con el suelo irregular bajo sus pies. Estuvo a punto de tropezar, pero se agarró a una rama baja.
¿Cuánto habían avanzado? Los minutos parecían horas. Cuanto más caminaba, más dudaba de poder volver sobre sus pasos.