Pensó en volver, pero ¿qué camino era el de vuelta? Había seguido al gato montés dando vueltas y revueltas, pasando por encima de troncos y arbustos espesos. Ahora todo parecía igual.
Se le hizo un nudo en la garganta. Así era como se perdía la gente. Una decisión equivocada, un momento de descuido y, de repente, el bosque se convertía en un laberinto.