Una mujer sigue a un oso hasta el bosque después de que se le acercara inesperadamente en la parada del autobús

Los ojos de Samantha recorrieron las palabras de ambición y los sueños de gloria que se derramaban por las páginas siguientes. El viajero imaginaba la filmación del cachorro como su mayor logro, una obra maestra que les catapultaría a la fama, haciendo que todos los retos anteriores resultaran insignificantes ante la inminente aclamación.

Los escritos del viajero dejaban claras sus intenciones: buscaba no sólo documentar, sino reivindicar el descubrimiento, ser quien diera a conocer al mundo este oso único. Su afán de reconocimiento personal eclipsó su genuino aprecio por el mundo natural.