El fervor de la búsqueda alcanzó su punto álgido en una entrada que vibraba de emoción; el viajero había puesto por fin los ojos en el mítico cachorro, refiriéndose a él como «el mito en carne y hueso» La propia escritura parecía palpitar con la emoción del momento, marcando un punto crucial en su viaje.
Una entrada describía un encuentro con un osezno de pelaje blanco, cuya inocencia y belleza le conmovían. Sin embargo, bajo la apariencia de asombro, había un deseo inconfundible de capturar a esta rara criatura en una película, un deseo que rozaba la obsesión y que eclipsaba la simple belleza del momento.