Por fin llegó la mañana de la cena de reencuentro. Lena fue temprano a casa de la señora García para ayudarla a prepararlo todo. La Sra. García era un manojo de energía nerviosa, mullendo cojines, reorganizando álbumes de fotos y preocupándose por cada pequeño detalle.
Lena ayudó a preparar un surtido de aperitivos para cuando llegara Nathan. Podía sentir la ansiedad de la señora García. «Va a ser maravilloso», le aseguró Lena, apretándole la mano.