Con sus pensamientos llenos de preocupación por Nathan, Lena no pudo evitar desear que tuviera una vida mejor al crecer que la infancia de Gabriel. Sujetando la tarjeta de visita de Nathan, observó los signos de su exitosa carrera, lo que indicaba que había superado cualquier dificultad anterior.
Lena se preguntó si Nathan sabría que era adoptado y si querría conocer a su madre biológica y, tal vez, incluso a ella, su antigua cuñada.