Una azafata ve a su marido en el avión y se da cuenta de un detalle sorprendente

Lena no se lo creía, pero no podía imaginar las difíciles circunstancias a las que debió de enfrentarse la Sra. García. Sintió empatía por ella y comprendió que había hecho lo que creía mejor para el futuro del niño.

Mientras las lágrimas corrían por el rostro de la Sra. García, Lena se sintió dividida entre la rabia por el secreto guardado y la compasión por su difícil decisión. El amor de la Sra. García por sus hijos era evidente, incluso en su arrepentida confesión.