Bonnie, su mujer, surgió de las sombras como un fantasma. Se acercó sigilosamente por detrás, con su aliento como un susurro fantasmal contra su hombro, antes de soltar un grito agudo y juguetón. Sus risas llenaron la habitación. Sin embargo, bajo la superficie, el corazón de Jack seguía latiendo con inquietud. ¿Qué era ese sonido que había oído antes? Jack no podía deshacerse de su preocupación.
La oportuna broma de Bonnie había ahogado momentáneamente el enigmático ruido, dejando a Jack con una inquietante curiosidad. Había estado a punto de salir para investigar el inquietante sonido, pero la sorpresa de ella había desbaratado su búsqueda.