«Bueno, chicas, ya no tenemos cosecha, pero quizá podamos salvar los huevos», les dijo. Las caras de sus hijas se iluminaron y saltaron de alegría. Sin embargo, ahora tenían que resolver un nuevo problema. Mientras se reunían en torno a los huevos, Jack y sus hijas pensaron en cómo mantenerlos a salvo. La tarea era desalentadora: ¿cómo proteger 20 frágiles huevos de los elementos?
Entonces, Jack tuvo una idea. Les dijo a sus hijas que trajeran una lona negra del granero. La lona serviría de escudo, protegería los huevos de los elementos y los mantendría calientes. Las niñas se entusiasmaron con el plan y corrieron al granero a por la lona.