Un día, mientras navegaba por Internet, Verónica se topó con un post en Facebook que hablaba de una niña rumana de seis años que estaba en adopción y necesitaba una adopción urgente porque estaba enferma. Al ver el post y leer la trágica historia de la niña, Verónica no pudo contenerse.
Verónica entró corriendo en el despacho de James, con el corazón martilleándole en el pecho, agarrando su teléfono como si en él estuviera su futuro. «James, tienes que ver esto», susurró, empujando la pantalla hacia él. Un mensaje describía a una frágil huérfana rumana que necesitaba desesperadamente ser adoptada.