La gente a su alrededor empezó a refunfuñar, su paciencia se agotaba. La mitad de los pasajeros miraban a Jason con simpatía, reconociendo su difícil situación, mientras que la otra mitad parecía molesta porque estaba montando una escena. La tensión en la cabina se hizo palpable.
Jason sintió el peso de sus miradas, pero siguió adelante, no dispuesto a echarse atrás. «Mira, lo entiendo, es apretado para todos nosotros», dijo, tratando de mantener su nivel de voz. «Pero estás invadiendo mi espacio. Por favor, baja el pie» Ella resopló, negándose a obedecer.