Un hombre sigue a un alce herido en el bosque: ¡lo que descubre a continuación pone su vida patas arriba!

Jacob se concentró en su cámara, capturando cada detalle del camping destrozado. La tienda rota, la hoguera desparramada… todo eran pruebas. Había venido aquí para esto, para obtener pruebas. Pero entonces, detrás de él, un resoplido profundo y desgarrado le hizo respirar entrecortadamente. Se giró bruscamente, con el corazón martilleándole. El alce intentaba levantarse.

Observó, paralizado, cómo la enorme criatura se esforzaba, con su enorme cuerpo temblando por el esfuerzo. Cada músculo de su cuerpo temblaba por el esfuerzo. Emitió un gruñido bajo y dolorido, con la respiración agitada y entrecortada. Tras varios momentos de agonía, por fin se levantó, balanceándose ligeramente pero erguida. A Jacob le latía el pulso en los oídos. ¿Por qué se esforzaba tanto?