Por casualidad, había tropezado con la remota cabaña de la Sra. Thorne, una anciana amable pero casi sorda que no había tenido noticias de la desaparición de Mia. Ella acogió a la niña perdida, salvándole la vida. Pero surgió un detalle preocupante que ensombreció el alegre reencuentro..
En las semanas siguientes a su regreso, Mia empezó a contar la historia completa de su misteriosa desaparición. Explicó que había visto un pájaro carpintero de pico marfil, que se creía extinguido, mientras exploraba los bosques cercanos a su casa.