Corta la sandía por la mitad, colócala en horizontal y córtala por un lado, luego gírala y córtala por el otro. Voilà: ¡tendrás cubitos perfectos y fáciles de comer! Estos palitos de sandía no sólo son fáciles de hacer, sino que también son estupendos para los niños y se pueden guardar fácilmente. ¿Quién iba a decir que la sandía podía ser tan fácil?
Vierte vino blanco sobre la mancha de vino tinto y déjalo reposar unos minutos. El vino blanco ayuda a diluir y levantar la mancha roja, facilitando su eliminación. Es un truco práctico para esos derrames imprevistos, ¡salud!