Ponte los calcetines, cálzate los zapatos y luego dales un chorro de aire caliente con el secador. Camina unos minutos y ¡voilà! Este truco transforma esos zapatos ajustados en calzado cómodo en un santiamén, ahorrándote el dolor de un largo periodo de adaptación.
Coloca un bol en el plato del microondas, el otro encima de la taza invertida, y ya está: ¡doble espacio! Este ingenioso truco podría ahorrarte mucho tiempo y molestias. A veces las mejores soluciones son las más sencillas