Un perro no deja en paz a una mujer – Cuando el marido descubre el motivo, llama a la policía

George miró rápidamente a Zoe, que dormía profundamente y no era consciente de los pensamientos que le rondaban por la cabeza. Se debatía entre respetar su intimidad y el fuerte impulso de leer el mensaje. Su corazón latía con fuerza en la silenciosa habitación. Finalmente, no pudo resistir más el impulso y empezó a desbloquear su teléfono.

El mensaje procedía de un número que George no reconocía; no estaba guardado en el teléfono de Zoe. Su corazón empezó a latir más rápido. Tenía el mal presentimiento de que esto podría cambiar su perfecta relación. ¿Debía seguir leyendo o ignorarlo para mantener la paz? Hizo una pausa, inseguro de qué hacer.