Este hombre había llegado a su límite y dio una lección a un niño pateador de asientos y a su madre

El joven pareció comprender las consecuencias de su conducta al quedarse callado y con los ojos muy abiertos.

Su sonrisa desenfadada había desaparecido, dando paso a una expresión sorprendida y ligeramente arrepentida. José asintió, respondiendo con calma antes de que la mujer pudiera decir nada. Efectivamente, ha sido un percance realmente lamentable. Se me cayó el agua del susto.