Este hombre había llegado a su límite y dio una lección a un niño pateador de asientos y a su madre

El reciente proyecto de trabajo había sido exigente y el estrés había hecho mella en él. Los últimos días habían sido especialmente agotadores, tanto mental como físicamente. Sin embargo, las incesantes patadas del chico que tenía detrás hacían cada vez más difícil alcanzar esa paz. José reconoció que tenía que abordar la situación.

Llegar a Boston agotado y exhausto no era una opción; tenía que estar alerta y preparado para las continuas exigencias de su trabajo de alta presión. La sonrisa cortés de José vaciló un poco al llamar la atención del chico.