Era un caluroso y húmedo día de verano en los pantanos de Luisiana cuando un grupo de excursionistas tropezó con algo que nunca antes habían visto. Mientras caminaban entre el denso follaje, oyeron de repente un fuerte chapoteo en el río cercano. Un caimán gigante, del doble de tamaño que cualquiera que hubieran visto antes, se agitaba en el lago poco profundo.
Cuando se acercaron al caimán, se dieron cuenta de que tenía un gran bulto en el vientre. Estaba claro que había algo dentro, y los excursionistas no pudieron resistir la tentación de averiguar qué era. ¿Qué podría haber dentro de este reptil gigante? ¿Qué secretos escondería? Los excursionistas sabían que tenían que averiguarlo, costara lo que costara. Pero cuando un veterinario abrió al animal para revelar la causa del bulto, nadie podía creer lo que veía.
Kevin, David y Harry eran amigos desde el instituto y les encantaba hacer aventuras juntos. Todos eran expertos en actividades al aire libre y sentían un profundo amor y respeto por la naturaleza. El grupo de amigos había pasado incontables horas de excursión, acampada y pesca en los pantanos, y conocían cada centímetro del terreno como la palma de su mano.