A pesar de haber pedido ayuda, Nathan sabía que la situación estaba lejos de resolverse. No dejaba de mirar los monitores, con la mente llena de estrategias, preparado para actuar en cualquier momento. Por fin, la radio se activó con la respuesta de los guardacostas.
Reconocían la precariedad de la situación y estaban diseñando un plan de aproximación, con el objetivo de abordar el barco con una escalada mínima. Sus palabras trajeron un rayo de esperanza, pero Nathan seguía en vilo.