En el silencio de la sala de control, Nathan pidió al capitán que se pusiera en contacto con los guardacostas y transmitiera a las autoridades la grave situación del crucero. A través de la línea llena de estática, el capitán detalló el escenario.
Dos piratas habían sido capturados, pero Jack y su tripulación armada seguían en libertad. Una vez enviado el mensaje, un tenso silencio envolvió la sala de control. Nathan y los guardias esperaban, con el peso de cada segundo que pasaba en el aire.