Sabían que otros piratas probablemente se apoderarían de los objetos más valiosos para sí mismos. Este era un trabajo para ellos cinco solos. Para lograrlo, necesitaban capturar a algunos de los pasajeros como rehenes y ejecutar su plan.
Pero todo el barco estaba sumido en un silencio espeluznante. Los motores del barco estaban apagados y la nave estaba inmóvil. Los piratas intercambiaron miradas cautelosas, intuyendo que no iba a ser una tarea nada fácil.