Esto nos hace preguntarnos si son conscientes de la existencia del otro. Quizá se hayan visto antes o hayan trabajado juntos. Sin embargo, esto podría llevar a confusión. Es posible que algunos de sus pacientes los confundieran y visitaran al médico equivocado.
Nos preguntamos si guardaron el recibo como recuerdo o si se lo enseñaron a sus amigos y familiares. Quizá podrían enmarcarlo y tenerlo a la vista. Al fin y al cabo, no todos los días se da una coincidencia tan singular.