Consejos de limpieza para trabajar mejor y no más duro

Aunque esto no te impida comer junto a tu(s) dispositivo(s), te animamos a que limpies el teclado con regularidad. Simplemente coge un cepillo de dientes viejo, lávalo con un poco de jabón, déjalo secar y cepilla para eliminar cualquier resto persistente.

Te sugerimos que combines a partes iguales bicarbonato de sodio y aceite vegetal para aflojar y ablandar la suciedad persistente. A continuación, aplica la pasta a las puertas de tus armarios con un paño, y retírala después con un paño limpio y humedecido.