Un equipo de agentes, ahora vestidos de turistas para mezclarse con la multitud, fue enviado al templo y a la selva circundante con urgencia y determinación. La investigación comenzó en serio.
Los agentes peinaron la zona meticulosamente, examinando el claro, buscando pruebas en la selva y entrevistando a los testigos que habían estado presentes durante el incidente. Sus minuciosos esfuerzos confirmaron rápidamente las afirmaciones de Gabriel.