Un mono arrastra a un gatito y su dueño se sorprende al descubrir la verdad

Los objetos robados llegaban sin problemas a manos de las oscuras figuras que orquestraban la operación, cuya codicia quedaba enmascarada por los rostros inocentes de los monos. Los verdaderos villanos no eran los monos.

Eran los cerebros ocultos, acechando en las sombras y manipulando toda la operación en su beneficio. La revelación golpeó a Tom como un mazazo en las tripas. Perder a Mimi había sido un golpe demoledor, pero descubrir todo el alcance de esta malévola trampa avivó en él una ira y una desesperación abrasadoras.