No era raro que estas ágiles criaturas se llevaran cualquier cosa que pudieran agarrar. Los monos eran famosos por su comportamiento oportunista, a menudo arrebatando cualquier cosa, desde bocadillos hasta gafas de sol, con una destreza tan impresionante como exasperante.
Tom, con la cámara preparada, se detuvo para fotografiar a los monos. Mientras tanto, Mimi se sentó en un lugar al sol, aseándose. Los monos hacían de las suyas y contribuían al encanto único de Bali. Aquí, incluso lo cotidiano parecía extraordinario, lo que hacía que cada momento fuera especial.