Pero un día llegó el día que tanto temían. Incluso antes de que a Jennifer se le notara la barriga, notaron de repente un cambio en el comportamiento de Bigotes. De alguna manera, parecía sentir que Jennifer estaba embarazada. No podían explicarlo, pero era como si el gato supiera que algo era diferente.
Whiskers empezó a maullar en el vientre de Jennifer, pero no era el sonido dulce y cariñoso habitual al que estaban acostumbrados. En cambio, era un maullido largo y fuerte que provocó escalofríos en Jennifer y Julian. Parecía más un grito que un simple maullido.