Esta inacción ante una situación de peligro evidente pone de manifiesto un problema profundamente arraigado en nuestro planteamiento de las situaciones de emergencia y revela la necesidad de estrategias más eficaces para suscitar la participación y la acción de los transeúntes
La gente puede no ayudar por varias razones: puede estar asustada, no saber qué hacer o suponer que alguien más intervendrá. ¿Se ha enfrentado alguna vez a una situación así? Es inquietante imaginar cómo, aun habiendo tanta gente caminando, nadie se detiene a ayudar.