A pesar de ser visto por más de 40 personas, nadie alertó a la policía. Este trágico incidente pone de relieve cómo el anonimato y el distanciamiento del entorno en línea pueden paralizar a personas que, de otro modo, podrían intervenir en persona.
Del mismo modo, ese mismo año, otro vídeo de Facebook Live mostraba el acoso a un hombre con discapacidad mental. A pesar de que el vídeo recibió numerosos comentarios de desaprobación, nadie se puso en contacto con las autoridades.