Este principio puede aplicarse en diversos contextos, desde las emergencias hasta la captación de voluntarios. Margaret Mead dijo célebremente: «Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo»
Reflexionar sobre las experiencias personales, refuerza la importancia de superar la incertidumbre y pasar a la acción. Este compromiso de actuar, en lugar de permanecer pasivo, puede marcar una diferencia sustancial en situaciones críticas.