Recuerda que el rubor es sólo una pista, así que presta atención a todo el mensaje que envían sus ojos y sus sonrisas. Y quién sabe, ¡quizá tú también te ruborices!
Piensa en respuestas meditadas, no sólo en «lol». Si se toman el tiempo de conectar de verdad, es una señal clara de que eres algo más que otra notificación en su pantalla. Así que la próxima vez que tengas que descifrar los enamoramientos digitales, recuerda que no se trata solo de la frecuencia con la que te zumban, sino de la profundidad con la que lo hacen ✨