Es su forma de construir una burbuja íntima, dejar fuera las distracciones y susurrar: «Me gustas totalmente y este momento es nuestro» Así que, la próxima vez que veas esa mano chocar contra la pared, no seas tímido, inclínate y ¡a ver dónde saltan las chispas!
Consejo extra: ¡No tengas miedo de responder! Demuéstrale que estás igual de interesado en su mundo interior: refuerza la conexión y, quién sabe, puede que encuentres a tu alma gemela bajo un volcán de ansiedades compartidas.