Es una invitación tácita a acercarse, a profundizar en la conversación y quizá incluso en vuestros corazones. Así que, la próxima vez que tu pareja juegue con sus mechones, no te pierdas el susurro silencioso: puede que esté esperando a que le escuches.
Así que, si vuestras conversaciones están salpicadas de «deberíamos» y «los próximos años» sobre aventuras, ¡presta atención! Puede que esté construyendo un puente hacia tu corazón, ladrillo a ladrillo romántico.