Marido ciego recupera la vista, lo mantiene en secreto – ¡La oscura verdad lo deja destrozado!

Una noche, la oyó hablar por teléfono en voz baja y apresurada. «Yo me encargo», dijo ella, casi frenética. «Sólo necesito un poco más de tiempo» La urgencia de su voz despertó su interés, pero se encogió de hombros, suponiendo que estaba tratando algún asunto personal.

Sin embargo, no pudo evitar fijarse en los objetos caros que había por toda la casa y que Natalie nunca había tenido: un bolso de diseño, un par de zapatos nuevos de alta gama e incluso una elegante joya. Todo aquello no encajaba con su carácter práctico.