Marido ciego recupera la vista, lo mantiene en secreto – ¡La oscura verdad lo deja destrozado!

Se mostró dulce y cariñosa, preguntándole por su día y compartiendo detalles sobre sus recados. Pero John no podía deshacerse de las imágenes de ella con el hombre del café. Cada palabra que decía le parecía mentira. Los días siguientes transcurrieron entre sospechas y paranoia.

Natalie seguía saliendo de casa, a veces durante horas, siempre con las mismas vagas excusas. John la siguió en varias ocasiones, observando cómo se reunía con el mismo hombre en diferentes lugares: un banco del parque, un restaurante tranquilo y el vestíbulo de un hotel.