John se encontraba a menudo ensimismado, reconstruyendo los fragmentos de la vida de Natalie que le resultaban difíciles de comprender. La observaba atentamente, pero seguía convencido de que nunca le traicionaría.
«Probablemente soy yo», murmuró John, «pensando demasiado las cosas» La idea de que su ceguera pudiera estar volviéndolo demasiado analítico se instaló inquietantemente en su mente. A medida que los días se convertían en semanas, John observaba más cambios en el comportamiento de Natalie.