Sus pensamientos se aceleraron. «Tal vez sólo necesite un poco de espacio», se tranquilizó. Después de todo, ella había estado a su lado durante todo el proceso: el accidente, la recuperación y los largos meses de adaptación. Quizá sólo necesitaba relajarse.
Entonces, mientras doblaba la ropa -una actividad que Natalie solía encargarse de hacer-, encontró en el bolsillo de su abrigo un recibo de un restaurante de lujo que hacía años que no visitaban. La cita coincidía con una noche en la que ella decía «trabajar hasta tarde»