Una mujer dejaba que su bebé durmiera con su pitón todas las noches, cuando el veterinario descubrió que había palidecido.

Con la vivaz presencia de Cammie y la rutina diaria que establecieron juntas, una apariencia de normalidad empezó a volver a la vida de Cassandra. El eco de su risa volvió a llenar la casa, un sonido que había estado ausente durante demasiado tiempo. La profunda alegría que Cammie trajo a su vida hizo que Cassandra se sintiera rejuvenecida, casi como la de antes. Parecía como si, tras un largo periodo de turbulencias, por fin hubiera comenzado un capítulo tranquilo y armonioso en sus vidas.

Sin embargo, unos meses después, ocurrió algo extraño. Cassandra empezó a notar que su querida camaleona, Cammie, no se mimetizaba con su entorno como de costumbre. Era como si fuera incapaz de cambiar de color, atrapada en un patrón de azules y verdes vibrantes. Además, su apetito había disminuido notablemente y parecía menos enérgica.