Una mujer dejaba que su bebé durmiera con su pitón todas las noches, cuando el veterinario descubrió que había palidecido.

Esa noche, Cassandra ideó un plan para poner a prueba las intenciones de Reggie. Colocó un maniquí de tamaño natural en su cama y lo cubrió con su olor. Luego, se escondió en un rincón de la habitación, observando cada movimiento de Reggie.

Reggie se deslizó hacia la cama, observando el maniquí con cautela. Comenzó a enroscarse alrededor de la figura sin vida, tensando su cuerpo con cada vuelta. El corazón de Cassandra latía con fuerza en su pecho al darse cuenta de que la advertencia del doctor Hanson podía ser cierta.