Una cosa está clara: los comentarios en Internet no fueron amables. La gente encontró defectos en casi todos los aspectos del trabajo de la estilista, ¡haciendo que esto levantara las cejas!
Aún así, es desconcertante cómo la maquilladora no vio la inconfundible expresión de descontento en la cara de su clienta antes de compartir la foto. Ese resplandor podría atravesar una pared de ladrillo, ¡un error difícil de ignorar!