Un oso irrumpe en una escuela primaria: una profesora llora al ver lo que lleva en la boca

A medida que se adentraban, los angustiosos ruidos que había oído antes se hacían más fuertes a cada paso, creando una siniestra banda sonora para su viaje. Los sonidos parecían reverberar entre los árboles, y la tensión en el aire se hacía palpable. Finalmente, llegaron al origen de los ruidos: un viejo y oscuro pozo.

De pie al borde del viejo y erosionado pozo, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta. Algo había caído al pozo y los angustiosos ruidos procedían de sus profundidades. El oso, con una mirada casi cómplice, insinuó que era allí donde quería que Tina y James prestaran su ayuda.